Es posible prevenir el cáncer de mama mediante el seguimiento de rutinas de vida saludables como alimentación adecuada, ejercicio frecuente, evitando el tabaquismo y haciendo ejercicio de forma regular. Implementar estas medidas no asegurará la ausencia del cáncer a lo largo de la vida, pero al menos ha demostrado que reduce la frecuencia de aparición. Del mismo modo el uso de medicamentos antihormonales o la cirugía reductora de riesgo (mastectomía bilateral), han demostrado beneficio en mujeres con riesgo elevado de cáncer de mama. Escoger a quiénes podrían beneficiarse de estas intervenciones representa un reto importante y, sobre todo, un impecable trabajo en equipo. De forma interdisciplinaria, mastólogos, oncólogos clínicos, enfermeras, nutricionistas, radiólogos y genetistas, entre otros miembros del área de la salud, deberán valorar los beneficios de realizar seguimiento o intervenciones preventivas en una mujer; y recomendaciones para los demás miembros de la familia. Estas intervenciones no están libres de riesgos o complicaciones y es todo un arte definir las mejores opciones para cada persona.
El diagnóstico temprano es un objetivo muy importante en las pacientes con cáncer de mama, pues permite asegurar mejor la posibilidad de curación, muchas veces facilitando realizar cirugía conservadora o evitando el uso de quimioterapia. Se requiere un esfuerzo conjunto de todos: de las pacientes, que deberán estar atentas a las señales de un posible cáncer para consultar tempranamente; de los aseguradores, que permitan gestionar con prioridad los casos sospechosos; y de todo el equipo médico y personal de la salud, que intervienen para realizar un diagnóstico oportuno, los tratamientos adecuados y un acompañamiento cálido durante el proceso de la terapia y el seguimiento.
Algunas veces, por sugerencia médica, agresividad de la enfermedad, diagnóstico tardío o presentación clínica avanzada, será preferible iniciar las terapias con medicamentos que intentan detener (y algunas veces, incluso, desaparecer la enfermedad maligna). Dicha terapia, conocida como quimioterapia, mejora la probabilidad de morir por la enfermedad en muchos casos. No es un tratamiento para todas las pacientes, y saber escoger a quién realizarla o no requiere de profesionales idóneos, comprometidos, empáticos y con alta preparación académica. Estos profesionales deben trabajar en equipo para lograr los mejores resultados.
Las juntas médicas oncológicas interdisciplinarias son formas altamente eficientes de trabajo que agrupan diversas especialidades relacionadas con la prevención y el tratamiento del cáncer de mama y de las secuelas que éste puede generar. Estas juntas son fundamentales para escoger de forma más adecuada los tratamientos requeridos.
Algunas veces la enfermedad se presenta con compromiso en órganos distantes a la mama, lo cual se conoce como metástasis. En estos casos de progresión creemos que todavía hay mucho por hacer: prevenir o tratar el dolor; acompañar al enfermo, a sus cuidadores y a su grupo familiar; y ayudar a comprender las expectativas y dudas que se tienen en un momento tan complejo. Estos momentos exigen del grupo humano tratante, trascendencia, alto compromiso, empatía y compasión.
Todo esto (y más aún) es el cáncer de mama: una situación inesperada, angustiante y decisiva en la vida de muchas personas. Por ello existimos en Clínica Vida. Contamos con médicos, recursos técnicos y una gran pasión por servir y acompañar a quienes depositan en nosotros su confianza. Gestionamos de la mejor forma posible, con un alto sentido humano y compasivo, todas las posibilidades que permitan hacer de esos momentos tan difíciles, una experiencia menos angustiante e incluso más esperanzadora para quien lo padece y sus allegados.