En el momento en el que no se encuentra rastro de cáncer en nuestro organismo, nos convertimos en supervivientes. Y aunque eso implique un motivo de bienestar, sabemos que también puede hacer parte de un proceso largo donde hay mucho que sanar, superar y convertir.
Las recomendaciones para continuar con tu vida después del tratamiento, no son muy diferentes a lo que se aconseja para llevar una vida sana; pero para los supervivientes estas indicaciones se deben convertir en un estilo de vida para seguir disfrutando al máximo cada momento. De este modo también se disminuye el riesgo de padecer cualquier enfermedad en general.
La salud física:
Como en todos los artículos sobre prevención; la actividad física, tiene un efecto importante en nuestra vida y debemos tener muy claro que no es necesario realizar ejercicios de alto impacto, hay diversas formas de mantenernos activos, como realizar caminatas, bailar, hacer yoga, nadar o decidir iniciar en un gimnasio. Cada manera es válida, y mientras estemos trabajando por mantener nuestra movilidad, resistencia y musculatura, podemos adecuarnos a como nos sea más viable.
Se puede comenzar poco a poco, no es una actividad que deba descuidar nuestra salud en otros ámbitos, es normal sentir cansancio o incluso impedimentos por la edad u otras secuelas. Precisamente queremos paulatinamente reincorporarnos a la vida que a veces sentimos haber dejado atrás. Tampoco debemos olvidar tener un adecuado descanso, en la rutina diaria y en la noche; probablemente nuestros niveles de energía sean variables y no hay que luchar contra ellos. La sensación de cansancio alrededor del día puede disminuir si tenemos un buen descanso en la noche e implementamos actividad física moderada durante el día.
La alimentación:
Es fundamental antes, en el tratamiento y después de este. Nuestra dieta puede ayudar no solo a mantener nuestra salud, si no, a reducir riesgos y secuelas en el futuro. También es importante seguir las indicaciones que se den en las consultas de seguimiento. Por otra parte, variar los alimentos, incluir diferentes grupos alimenticios en cada comida, consumir frutas y verduras, consumir granos integrales, limitar el consumo de grasas y azúcares, en conjunto con una buena hidratación, puede asegurarle a nuestro cuerpo obtener todos los minerales y nutrientes que necesita. De igual manera, una buena dieta nos permite en conjunto con la actividad física a regular nuestro organismo y a mantener un peso saludable.
Vale la pena recordar, que se debe reducir la ingesta de alcohol y suspender el consumo de sustancias nocivas como el tabaco.
La salud emocional:
Durante todo el proceso es fundamental cuidar nuestro estado emocional y mental. El diagnóstico y el tratamiento puede resultar desgastante, y dejar muchos sentimientos sin resolver.
Al terminar el tratamiento es normal sentir muchas emociones, y es posible que durante el mismo hayamos dejado todo atrás, con el fin de solo enfocarnos en nuestra salud. En este punto, cuando, ya se ha finalizado, las preguntas sobre el futuro probablemente sean más habituales que antes, y que la incertidumbre se presente más frecuente en nuestro pensamiento.
Es importante que nos rodeemos de un grupo de apoyo, que pueden ser familiares, amigos, grupos de apoyo de cáncer, consejeros espirituales, psicólogos o pareja sentimental. El sentir de reincorporarnos a la vida habitual en compañía de nuestros seres queridos, puede ayudar a hacer del proceso más fácil.
Desconectarnos un poco de nuestra rutina, aprender algo nuevo, meditar, darnos espacios de reflexión y relajación; harán de nuestro proceso algo más consiente y agradable. Permitamos empezar a sentirnos nuevamente seguros con nosotros mismos en compañía con nuestros entornos, y no dudemos en pedir ayuda cuando las emociones nos abrumen. El cáncer puede decidir llevarse en solitario, y de igual forma su proceso de supervivencia; esto no quiere decir que debamos solucionar todo nosotros mismos, haciendo énfasis en lo que mencionamos anteriormente, una fuente de apoyo, consuelo o fortaleza; puede venir de cualquier parte que nos haga sentir cómodos y en confianza.
Hoy no podemos cambiar el hecho de nuestro diagnóstico y tratamiento, pero si podemos tomar decisiones sobre cómo va a ser nuestra vida de ahora en adelante, sigamos abrazando la vida.