¿Qué es la espiritualidad?
El ser humano no solo se compone de materia, es un ser completo, integral, y que se compone de esa dimensión inmaterial, la dimisión de lo espiritual. Es en esa dimensión que se constituye en un ser importante, protagonista de su historia, de sus vivencias, de su lenguaje, de sus emociones, de su condición de ser el, de ser sí mismo, conectado en esa dimensión intrapersonal, interpersonal y transpersonal.
La persona en su condición de ser humano, es un ser espiritual, que supone los aspectos de la vida humana, relacionados con experiencias que trascienden los fenómenos sensoriales.
Para Stoll, la dimensión espiritual es la persona que reconoce una conciencia divina, lo cual lo capacita y motiva para encontrar un propósito y un significado de vida relacionados con un ser superior. La dimisión espiritual relaciona al individuo con el mundo, le da significado y sentido a la existencia. Para Fortunato, la espiritualidad resulta de la relación con Dios, con el otro, y consigo mismo.
Así mismo es relevante reconocer, desde una perspectiva existencial, las realidades que acompañan al hombre en su existir, lo que devela la condición limitada y finita del ser humano, un ser expuesto a la vida y a la muerte, lo que Heideguer llama “ser para la Muerte” el hombre es abocado al dolor, tocado por la enfermedad y el sufrimiento. El dolor y el sufrimiento, hacen parte de la condición humana. Por lo tanto la espiritualidad es la que permite en cualquier condición humana, descubrir al propio yo, encontrar sentido a la vida y vivir más profundamente. El dolor y el sufrimiento pueden constituirse en fuente de fecundidad y sabiduría, la espiritualidad es fuente de alivio para la persona sufriente. Le abre los ojos para descubrir y valorar el amor que recibe de la gracia de Dios, de los amigos, en incluso del caminar y trajinar en medio de las adversidades.
La persona que se enfrenta al dolor, la enfermedad y el sufrimiento requiere de la compañía espiritual, un compañero que sabe escuchar, que respeta el proceso que el enfermo quiere seguir, establece una relación empática, da soporte a los valores espirituales, y lo acompaña en la lucha por crecer interiormente. Este acompañamiento pretende ayudar a que cada cual encuentre las respuestas, que encuentre el sentido de su existencia, que se encuentre consigo mismo, con Dios y con sus seres queridos.